En ella ha nacido una literatura vigorosa y de trascendencia universal, a cuyo apogeo, iniciado en los años 60, hemos asistido con inocultable admiración.
Demóstenes refiere la purificación por el fango a que eran sometidos los iniciados en los misterios órficos; los proteicos, analógicamente, buscaron la purificación por el mal.