Casi el 58% de los desechos marinos costeros recogidos eran atribuibles a las actividades recreativas que se realizaban en las costas, como las meriendas y otras actividades que generaban basura en general.
Todos sus amigos y compañeros de escuela debían ser invitados para una merienda que había de celebrarse al día siguiente en la casa del Hada, para solemnizar el gran acontecimiento.
Espárrago era el muchacho más travieso y revoltoso de toda la escuela; pero Pinocho lo quería entrañablemente; así es que no dejo de ir a su casa para invitarle a la merienda.
Extendió allí Blasillo una limpia servilleta que sacó de las alforjas y colocó sobre ella los boquerones fritos, el pollo fiambre, el blanco pan y las apetitosas chucherías que para la merienda llevaba.
Se sentó en el catre, mirando los barrotes de hierro de la puerta blindada, y así la encontró la criada que le llevó el platón de la merienda a las cinco de la tarde.