Felizmente ya no armamos guerras entre países vecinos, sino que resolvemos nuestras broncas sudamericanas en la corte internacional de La Haya, o en los estadios de fútbol.
Una cosa muy bonita en Holanda, en la ciudad donde yo vivo, en La Haya, hay un museo que se llama Mauritshuis y allí tienen a su gran pintor, que es Vermeer.
El mejor lugar en este momento es el tribunal de la Haya, pero el clima político moral emocional que ha generado la guerra y que ha hecho posible los crímenes de guerra que la han justificado no ha desaparecido.