Actuar con decisión sobre algo que se ha ponderado y debatido se considera señal de inmadurez, pero esa es una característica de la impaciencia juvenil por el cambio.
Hoy en día, cuando tengo una conversación con alguien sobre un tema y tenemos opiniones diferentes, escucho a la otra persona atentamente, sabiendo que quizás el César del futuro acabe pensando como ella.