Algo de desperdicio sí llega hasta allá y es descompuesto en el intestino delgado por ácido biliar, produciendo una masa babosa, pegajosa y verdosa, llamada meconio.
Hubo un instante en que vi el límite: de este lado, la superficie azul que había visto durante siete días; del otro, la superficie verdosa y aparentemente más densa.
Cuando esas partículas cargadas de energía, viajan por el espacio e impactan en el campo magnético, es cuando se producen los colores verdosos y azulados, en zonas polares y australes.