5.La semana pasada, nuestro colega y amigo mío, el Embajador del Pakistán, comparaba las Naciones Unidas con un velero viejo lleno de filtraciones que tratábamos de reparar en pleno viaje.
8.Se sentía como aquel velero que tan plácidamente flotaba sobre las aguas del lago, sin tener idea de dónde se hallaba ni importarle dónde terminaría.
10.A pesar de que eran menos de las cinco, muchos turistas gozaban del alivio en las piedras de la playa, y empezaban a aparejar los veleros después de tres días de penitencia.
11.Bebía en la sala de estar, bebía en la biblioteca e incluso a veces bebía en el velero; pero nunca en exceso, sino lo justo para alcanzar aquel dulce estado a medio camino entre la sobriedad y la embriaguez.