Este llamamiento fue apoyado por el Presidente Ibrahim Rugova, el Primer Ministro en funciones, los ministros, los dirigentes de la oposición y muchos alcaldes y oficiales de los municipios.
Las mujeres ocupan el 17% de los cargos de akim adjunto de distrito, el 11% de los de akim de municipios rurales y de asentamientos, y el 18% de los de akim adjunto de éstos.
Por orden suya, el alcalde se presentó al entierro con cuatro coronas fúnebres que pretendió colocar sobre los ataúdes, pero el coronel lo puso en la calle.
El alcalde, a instancias de don Bruno Crespi, explicó mediante un bando que el cine era una máquina de ilusión que no merecía los desbordamientos pasionales del público.
El alcalde, con el ojo derecho torcido por el calor, la contempló con lástima. – Entonces no pierda más el tiempo, señora –dijo–. Se la llevó el carajo.
Algunas veces he pensado que Lipiani te deshombrara—ya sabes lo que es desasnar a un niño, según palabra de nuestro alcalde— ;pero me temo que te murieras de hambre.
El alcalde había sido antes oficial de tropa sin ninguna experiencia en asuntos de justicia, y era demasiado fatuo para preguntarle a alguien que lo supiera por dónde tenía que empezar.
Tras un momento de silencio, alguien se atrevió a decir que el perro era del señor alcalde, pues lo había visto paseando con él y en cuanto al muchacho, le dijo que nadie lo conocía.
No sólo yo. Todo siguió oliendo a Santiago Nasar aquel día. Los hermanos Vicario lo sintieron en el calabozo donde los encerró el alcalde mientras se le ocurría qué hacer con ellos.