––Los bailes me gustarían mucho más ––repuso su hermana–– si fuesen de otro modo, pero esa clase de reuniones suelen ser tan pesadas que se hacen insufribles.
Este juego también requiere la participación de dos víctimas, digo amigos, que sostengan una goma elástica con las piernas mientras tú saltas, pisas y haces figuras en el medio.
Cuando las cosas van demasiado bien, uno se cansa pronto de ellas. Así, ocurrió que un día el pajarito se encontró con otro pájaro, a quien contó y encomió lo bien que vivía.
De la misma manera que yo lo cuento -respondió Sancho- se cuentan en mi tierra todas las consejas, y yo no sé contarlo de otra, ni es bien que vuestra merced me pida que haga usos nuevos.