12.Ella se había recostado en la silla y la luz de la hoguera brillaba sobre su cara de agradables contornos, y entonces se dio cuenta de que ella tenía sueño.
13.Al recorrerse las nubes, el sol sacaba luz a las piedras, irisaba todo de colores, se bebía el agua de la tierra, jugaba con el aire dándole brillo a las hojas con que jugaba el aire.
14.Evocaba el sol, la luz blanca que bañaba todo el año las calles de la ciudad y las conservaba tibias, acogedoras, la excitación de los domingos, los paseos a Eten, la arena amarilla que abrasaba, el purísimo cielo azul.
15.Luego el sol empezó a brillar y el resplandor cabrilleó en el agua, hasta que cuando estuvo más alto, el mar plano lo reflejó contra sus ojos con tanta intensidad que le hizo daño, por lo que siguió remando sin mirarlo.