Nueva Zelandia pide encarecidamente que los principios generales del Acuerdo se apliquen de manera apropiada a ciertas poblaciones de peces en alta mar.
En la alta mar se han vertido armas convencionales y químicas, desechos radiactivos de nivel inferior e intermedio y otros tipos de materiales peligrosos.
No obstante, hay pocos estudios socioeconómicos y estos aspectos se suelen subestimar o descuidar en los debates sobre la ordenación de la pesca de altura.