Si Santa puede Mantener durante todo su viaje el récord de velocidad máxima de una aeronave podría darle la vuelta al mundo en 10.41 horas, dejándole 21 horas para dar los regalos a cada niño en el mundo.
Los habitantes de la ciudad subían en grandes cantidades, por lo que el tráfico de superficie era tan denso que les llevó media hora abandonar la ciudad y alcanzar la velocidad máxima por la autopista que llevaba al oeste.
A un centímetro del extremo de su ala derecha volaba la gaviota más resplandeciente de todo el mundo, planeando sin esfuerzo alguno, sin mover una pluma, a casi la máxima velocidad de Pedro.