Continuaron los cierres de territorio y los toques de queda, que trastornaron considerablemente el funcionamiento de las escuelas y la asistencia a clase.
Esos regímenes incluían toques de queda nocturnos, estrictas restricciones a la circulación de personas y mercancías, y frecuentes operaciones de registro dentro de las zonas afectadas.
En la mayor parte del país se han impuesto y relajado periódicamente toques de queda, restricciones de desplazamiento y otras medidas sobre la base de dicho decreto.
Incluso cuando no había toques de queda u operaciones militares, los puestos de control y las barricadas impedían a menudo a los funcionarios llegar a su trabajo.
Aunque los toques de queda se imponen con menos frecuencia que en años anteriores, todavía se recurre a este método de restricción de la libertad de circulación.
Además, el establecimiento de asentamientos, los toques de queda, el bloqueo de caminos y el plan de retirada unilateral no se conforman a la hoja de ruta.