Los había en vitrinas y en estantes abiertos, o puestos en el suelo con gran cuidado, y el médico caminaba por los desfiladeros de papel con la facilidad de un rinoceronte entre las rosas. El marqués estaba abrumado por la cantidad.
En los últimos años, he escuchado teorías que dicen que el Sahara fue una vez el hogar de canales de agua que sustentaban vida... desde rinocerontes hasta humanos. Marta, ¡al final hemos podido dibujar el sistema del río!