De rodillas en el sofá, el médico está auscultando cuando se nota en la puerta el frufrú del vestido de seda de Praskovya Fyodorovna y se oye cómo regaña a Pyotr porque éste no le ha anunciado la llegada del médico.
El primer día se ensucian la ropa y se mojan los pies y las manos sin que ella pueda evitarlo hasta que un caballero que venía a caballo se detiene y se pone a regañarles a los niños, pero sobre todo a Agnes.