Nos sentimos frescos, renacidos, bautizados, cuando al amanecer emprendimos los últimos kilómetros de jornadas que me separarían de aquel eclipse de mi patria.
Nuestro propio ejército siempre es como la Gran Muralla que protege a la patria, y ¡mostramos especial respeto por los guardias que protegen nuestro hogar!