En otra época, después de pasar todo el día haciendo animalitos de caramelo, todavía le sobraba tiempo para ocuparse de los niños, para verles en el blanco del ojo que estaban necesitando una pócima de aceite de ricino.
Obligatorias las materia de adivinación, o de botánica donde nos encontramos a la mandrágora que grita -Y nos metemos en la clase también para hacer pócimas y venenos.