Debemos seguir trabajando de consuno para aliviar el sufrimiento, difundir la libertad y sentar las bases de una paz duradera para nuestros hijos y nuestros nietos.
Dos o más hermanas consanguíneas: heredan las dos terceras partes cuando no quedan hermanas que sean herederas en línea directa, ni nietos de un hijo, hermanos consanguíneos de ellos, padre o abuelo.
Instamos a nuestros vecinos, y en especial a los palestinos, a que se sumen a nosotros para hacer que el difícil lugar en el que vivimos sea un lugar mejor para nuestros hijos y nietos.
Si logramos trabajar de consuno, podremos transformar nuestra parcela de tierra, tan querida para ambos pueblos, para que, de una tierra de contención, pase a ser una tierra de paz para nuestros hijos y nietos.
Dos o más nietas de un hijo también reciben las dos terceras partes de los bienes si no quedan dos mujeres que sean herederas en línea directa ni un nieto de un hijo que tenga el mismo grado de parentesco que ellas.
La porción de la viuda es una octava parte si el difunto marido deja un hijo o un nieto de un hijo, siempre que el hijo sea uno de los herederos, sin que importe si su madre es esa misma esposa u otra.