Entre las mediciones antropométricas figuraron la medición de la altura, el peso, la cintura y las caderas y se utilizaron los pesos recomendados del índice de masa corporal para determinar la condición de las personas.
Las contemplamos rezagadas mientras avanzaban de espaldas como una bandada de cuervos, con sus velos negros cayéndoles hasta la cintura; medio manto, los llamaban.
Pero al caer la tarde, y como las fieras que empiezan a esa hora a afilar las uñas, el celo de varón comenzó a relajarle la cintura en lasos escalofríos.
Volvía de la calle con su chaquetón nuevo de cheviot amarrado con fuerza a a cintura, un pañuelo a la cabeza y sus viejos zapatos con los tacones torcidos llenos de barro.
Mientras lo hacía estiró las piernas desnudas por debajo de la toalla con que se cubría la cintura y, con gran satisfacción, se puso a mover los dedos de los pies.