Si hubiera sido la causa, al tener la autora una predisposición debido a que padecía de una patología de base (miopía magna), el desprendimiento de retina se hubiera desencadenado en menos tiempo.
No fue fácil. Neptuno era mayor de setenta años, y además indeciso y corto de vista, y estaba acostumbrado a que el caballo siguiera solo por las calles que conocía mejor que él.