Y se requerirá de ellos el compromiso de adoptar medidas urgentes para impedir que las armas nucleares, químicas y biológicas caigan en manos de grupos terroristas.
Cuanto mayor sea la disponibilidad de armas y materiales nucleares mayores serán las posibilidades de que caigan en manos peligrosas, incluidas las redes mundiales del terror.
Las redes internacionales para la adquisición de tecnología química, biológica y nuclear demuestran el peligro de que dichas armas caigan en manos de agentes no estatales.
Siria comparte con la comunidad internacional la preocupación de que las armas de destrucción en masa puedan caer en manos de terroristas y de agentes no estatales.
La aprobación de la resolución 1540 (2004) del Consejo de Seguridad es esencial en el intento de impedir que los terroristas se apoderen de las armas nucleares.
Dado que las armas nucleares podrían caer en manos de agentes no estatales, es necesario aplicar cuanto antes la Convención sobre la protección física de los materiales nucleares.
Cada vez estamos más convencidos de que hay que impedir que esas armas caigan en manos de terroristas, en particular los tipos más peligrosos de armas pequeñas y ligeras.
Sin embargo, no se puede pasar por alto que, en algunos casos, las armas pequeñas y ligeras que al principio son lícitas acaban llegando a un destino ilícito.
Todavía estamos buscando las medidas más efectivas para abordar colectivamente la amenaza que plantea la posibilidad de que las armas de destrucción en masa caigan en manos de terroristas.
En este Tridente recibe el poder de Atlantis, de las manos equivocadas sembraría la destrucción, pero en las del verdadero heredero uniría a todos nuestros reinos arriba y abajo.
Una de las preocupaciones recurrentes del tío León XII era que la navegación fluvial no pasara a manos de los empresarios del interior vinculados a los consorcios europeos.
Grupos compactos de galaxias como este pudieron haber sido más comunes en el universo primitivo, cuando el material sobrecalentado que caía en ellos podría haber alimentado agujeros negros muy energéticos.
No pocos españoles cayeron en manos de los mexicas y de inmediato eran llevados a la piedra de los sacrificios en el templo mayor ante la mirada atónita de sus compañeros.
Cada esfuerzo arrancaba un unísono grito de ánimo, y cuando la monstruosa viga rodaba dando tumbos y se hundía con un cañonazo en el agua, todos los peones lanzaban su ¡a...ijú! de triunfo.
Ni el echar arenilla en un instrumento de gran sensibilidad, ni una hendidura en uno de sus cristales de gran aumento, serían más perturbadores que una emoción fuerte en un temperamento como el suyo.
A las 5.30 cumplió la orden de despertarlo, pero no mandó a Divina Flor sino que subió ella misma al dormitorio con el vestido de lino, pues no perdía ninguna ocasión de preservar a la hija contra las garras del boyardo.