Son tres días enteros en que la gente se entrega, con toda libertad, a la diversión, bailando disfrazada con máscaras, comiendo, bebiendo, u organizando procesiones burlescas.
En cuanto a lo de ladrón, bien sabe usted que me ha robado mis colores de la caja de pinturas para restaurar esa ridícula mancha de sangre en la biblioteca.
Así es la verdad -dijo Sancho-: que yo soy ese gracioso y ese escudero que vuesa merced dice, y este señor es mi amo, el mismo don Quijote de la Mancha historiado y referido.
Por eso, hagas lo que hagas debes hacerlo de manera que no te haga parecer vulnerable, que te haga aparentar inseguridad, o que transmita exteriormente que tienes la sensación de estar haciendo el ridículo.