A principios de junio, unas 23.000 personas abandonaron sus hogares en la provincia de Bubanza debido a las hostilidades entre los soldados del Gobierno y el FNL.
Las víctimas son trasladadas desde su lugar de origen a una gran ciudad, y después de una ciudad a otra, como estrategia de comercialización del negocio de la prostitución.
La calma relativa en algunas provincias durante los últimos años llevó al ACNUR a iniciar una operación de asistencia para los refugiados congoleños que regresan a sus zonas de origen.
Ante el regreso de cada vez más refugiados y desplazados internos a sus hogares de origen, las controversias en torno a la propiedad siguen constituyendo una amenaza para la seguridad.
Las zonas de origen de los desplazados coinciden con las tierras ancestrales de esas tres tribus y, por otra parte, todo parece indicar que otras tribus no han sido prácticamente afectadas.
A petición de la comunidad humanitaria, la MONUC ha aumentado sus patrullas militares en el eje Kanyabayonga-Kirumba, en el territorio de Lubero, animando así a regresar a los civiles que huyeron de la zona en diciembre.