Son una buena compañía en los momentos de aburrimiento y probablemente un amigo siempre dispuesto a dar y recibir cariño, para muchos, el juguete ideal.
Hícelo así, y con mis tíos, como tengo dicho, y otros parientes y allegados pasamos a Berbería; y el lugar donde hicimos asiento fue en Argel, como si le hiciéramos en el mismo infierno.
Y os agradecemos que en esta noche de encuentro de familias y de seres queridos, me permitáis acompañaros unos minutos para compartir con vosotros algunas reflexiones cuando estamos ya a punto de terminar el año.