Entonces, para intentar romper esa desafección que existe, según dicen las encuestas, de los jóvenes hacia la familia real, pues sería bueno, yo creo, que participasen.
Pero siguió comiendo mientras hablaba, saboreando, masticando, más bien con distracción de sabio que con deleite de buen comedor, y al terminar el primer racimo suplicó que le llevaran otro.